El investigador japonés Yuichi Mori revolucionó la agricultura mediante el desarrollo de películas de polímeros transparentes hechas de hidrogel permeable que pueden almacenar fluidos y nutrientes donde las plantas crecen sin necesidad de tierra. Esta invención representa una verdadera revolución agrícola en Japón, un país con falta de tierra cultivable y mano de obra.
Además de la capacidad de cultivar frutas y verduras en cualquier entorno, esta tecnología consume un 90% menos de agua que la agricultura tradicional y no utiliza pesticidas, ya que los poros del polímero bloquean la penetración de virus y bacterias.
Los productos obtenidos en la agricultura vertical son frescos, se pueden cosechar durante todo el año, libres de pesticidas y no expuestos al mal tiempo, dicen sus defensores.
El cultivo de polímeros, como lo hace Yuichi Mori, se practica en más de 150 lugares en Japón, así como en regiones como el desierto de los Emiratos Árabes Unidos.
Este método también se utiliza para restaurar áreas agrícolas en el noreste de Japón que estaban contaminadas con sustancias causadas por el tsunami después de un gran terremoto en marzo de 2011.
Las condiciones naturales en Japón limitan severamente la agricultura. El país puede producir solo el 40% de los alimentos que necesita, ya que casi el 85% del territorio está ocupado por montañas, y la mayor parte de la tierra cultivable restante está destinada al cultivo de arroz.
Por lo tanto, la alta tecnología ha permitido cultivar sin tierra. De hecho, Japón pudo expandir la producción de frutas y verduras a través de la producción en invernaderos e hidroponía, aumentando su productividad en cien veces en comparación con los cultivos convencionales.
A pesar de los altos costos de energía de la agricultura hidropónica, el número de tales fábricas en Japón se ha triplicado en diez años, y ahora su número es casi 200.